Mira mis manos,
No tengo nada,
Nada que darte,
Sólo caricias descarnadas,
Buscando tu calor.
Mira mis ojos, es tu reflejo,
Mis miedos y tus mentiras.
No tengo nada,
Nada para ti,
Nada para nadie.
Me quedan un par de silencios,
Algunas historias de amor llenas de polvo,
Unos poemas de Charles Bukowski,
Un vino tinto añejo,
El ensayo sobre la ceguera bajo mi almohada,
Te lo regalaría, si lo quisieras,
Te daría mis pasos tristes,
Mis momentos de silencios,
Te daría un estallido de ilusiones,
Un pedazo de carne, de mi carne,
Orgasmos del monte de venus,
Los poemas que te escribo…
Me queda la esquina de ese bar,
Donde guarde besos,
Mis odios y ese corazón que una tarde de borrachera perdí,
Aposte al caballo equivocado, como suele pasar...
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