Algún día, acércate despacio,
sin pedir respuesta alguna,
arropada entre las sombras
que volatilizan tu perfume.
En días de misterio y candor,
vestida siempre solo de mujer,
mírame en torno al silencio.
Inmólate con tus palabras
en las saetas de mis deseos,
y en humedad en tus labios
disuelve el cruel sin sentido
de la falsa incomprensión.
Texto agregado el 18-05-2015, y leído por 190
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Lectores Opinan
19-05-2015
¡Qué apelación a los sentidos! No hay mujer que se resista a semejante poeta. -preciosa-