“A esos seres que adornan la ciudad mientras duerme, haciendo de cada noche un nuevo día”…
Se les ve muy alertas en apariencia, disfrazados con elegancia algunos, con peinados extraños y llamativos colores los otros, tanto como sus zapatos y calcetas a rayas junto
con sus orejas perforadas caminan sin rumbo por las calles de Santrinburgo nocturno y
voraz, otro grupo de estas rarezas que no parecen hombres ni mujeres, mas bien cuerpos amorfos con apretadas y brillosas vestimentas, se maquillan en la esquina resaltando el
mezquino erotismo que les queda.
Esta sensualidad es solo visible para aquellos borrachos y drogados seres que caminando
estrepitosamente caen torpemente vomitando escandalosamente frente a la zona roja en
donde avezados transformistas orinan los postes del alumbrado publico entre risas histéricas y garabatos que resuenan como eco en los mugrosos callejones da la ciudad.
En los fríos inviernos también se les ve, como si no les importara la lluvia y el frío que
reina entre ellos como amo y señor, calando en los huesos hasta no sentir la noche que
absorbe hasta al mas vil de ellos, camino entre estos seres mirando como caen sus dig-
nidades entre la niebla y la soledad.
Ellos son los hijos, son los resultados de la hipócrita sociedad y el incesto mas ruin entre
la moral y la ética, que juntas en una noche de máxima lujuria concibieron a estos, para
luego abandonarlos. La noche nos ampara, todos nos vemos iguales, pero la verdad somos
todos distintos, si te acercas un poco te darás cuenta que muchos de estos seres, no distinguen el final del túnel, pues están en el fondo muy debajo de nuestros pies, en la
cloaca de la gran metrópolis.
En este submundo nocturno, se entremezclan sentimientos encontrados como la pasión
el odio, la lujuria en su grado máximo, engaño, traición, falsedad, la deslealtad son el
comidillo de cada noche a cada paso. Al llegar el alba estos seres se guarecen en sus cuevas
mal olientes lanzando las amoratadas espaldas a los colchones manchados de sangre y
semen, esconden debajo de la cama restos de papel higiénico algunos anillos y gargantillas
seguramente robadas algún cliente borracho y descuidado de atar, que ha perdido hasta la
billetera con el salario con el que no podrá alimentar a sus pequeños hijos.
Así comienza un nuevo día donde se mantiene nublado, como escondiendo la tragedia y
drama para algunos infelices trasnochadores llevando en su conciencia una noche de desen-
freno en este submundo tan atrayente que hipnotiza sus mentes como poderoso narcótico
hasta donde yo se, terminan mal o abandonados a su suerte como tantos otros repitiéndose
el ciclo una y otra vez, ya es noche camino por uno de los callejones de la gran avenida para recorrer tabernas y bares florecen ante mi estas especies nocturnas, con la perversión
que les caracteriza listos como perros de presa. Estoy a salvo mi trabajo como inspector de
sanidad me otorga cierta inmunidad ante este garumaje inconsciente de su perdida dignidad
otorgo los carnés de sanitizacion de bares, tugurios pequeños, prostíbulos de poca monta y
lenocinios de alto nivel junto con aquello, debo también chequear que estos documentos
estén en orden, ya que no duran mucho tiempo, así también debo otorgarles a prostitutas
homosexuales, travestís y cuanto extraño ser ejerza este antiguo comercio carnal de sus debilitadas almas, que claman por un golpe de suerte que cambie de una vez por todas
la dirección del camino sin fin …
Les ayudo como puedo, les compro un café o hago vista gorda y les permito el paso
solo por una noche de comercial encuentro, a quien le importa ni siquiera a ellos
mismos pagan con una extraña sonrisa, mientras el frío de la noche hace mas indiferente
el gesto, llevo en este oficio tanto tiempo, no recuerdo exacto el día, solo se que después
del fatal accidente donde murio mi felicidad, perdi todo vinculo afectivo, no pude mas con el remordimiento, bebí, me aparte de la realidad drogandome hasta el alma,
todo cuanto pude dejando adormilada esta conciencia, encontré aquí de pronto un submundo indiferente a todos nuestros prejuicios condenatorios sin importarle el dolor
de este o aquel ser, solo sobrevivir. Llegara luego el alba, siento que es ella la que me
rescata de esta mierda para dejarme caer a sus brazos ajenos a mi dolor, que me carcome
el alma, despertare tarde muy tarde seguro mis habituales pesadillas harán lo suyo
despertare sudado y temeroso sintiéndome menos que las pulgas que se anidaron en mi
bufanda seguramente de anoche. Hoy tendré visitas a los burdeles mas costosos de la
ciudad y por supuesto cogere a la mas cabrona de todas para inspeccionar sus credenciales
seguro me garabateara hasta cansarse, como siempre lo hacen cuando saben que no están
al día con sus credenciales, irónicamente las chicas extranjeras son las mas decentes y
menos vulgares aunque tengan problemas de atraso, debe ser porque no quieren ser
apresadas y les expulsen de la ciudad. ( tengo este pequeño poder )
Alguna de ellas querrá que la favorezca intimidándome con sus senos y ajustadas ropas
pegadas a sus muslos resaltados con latex negro, estoy tan harto de esto que las miro
sin mirar estoy tan perdido como estas prostitutas, recuerdo como un destello el accidente
mis reflejos fallaron había bebido bastante, estuve detenido un par de años y por buena
conducta pude conseguir un indulto, esos años pasaron rápidos, no como estos nuevos
años que pasan tan lentos, estoy totalmente alcohólico y de cuando en cuando halo una
raya de blanca cocaína, estoy en el fondo como ellos, la diferencia es que me gano un
sueldo que me permite pagar los gastos de la casa y endeudarme para conseguir un poco
de polvo, debo reportarme en el municipio antes de salir por los callejones, llenar unos
informes que no se quien lee, seguramente el sr. alcalde es extraño el portero me ha saludado, un tipo gordo de aspecto vulgar se ve mas joven que yo, su olor a transpiración
lo delata junto con su asquerosa barriga, se arregla escandalosamente los genitales ya
que sus cortos brazos no le permiten agarrarse y gesticula unas palabras
- oiga ud. Inspector de putas –
- le miro frunciendo el ceño demostrándole mi enojo por su forma de llamarme
quizás admito que es mi trabajo, sino la manera de decirme inspector de putas, le respondo
- que me dijo pedazo de grasa mal oliente?
- haz de saber que muchas de esas putas huelen mejor que ud…
el tipo quedo paralogizado, no esperaba una respuesta como esa, acostumbrado a abusar
de la gente que va al municipio para mandarlas a cualquier dependencia sintiéndose el
amo y señor del lugar, traga saliva y no me sostiene la vista.
- el jefe el sr. alcalde quería verle mañana , señor . como a las cuatro y media
- algo mas? le pregunto en tono despótico e indiferente
- no señor …
Sigo caminando por el pasillo sin mirarle después, llene los papales habituales y me retire
Por la puerta trasera del municipio como siempre, alguien tiene que hacer el trabajo sucio
en esta ciudad y para no manchar el buen nombre del ilustre municipio salgo por aquí
he conocido a tres alcaldes y creo que se para que quiere hablar conmigo, seguro es
por alguna fiesta, ya que en esta época envían a sus familias de vacaciones. Mientras
pienso en esto seguiré mi rutina nocturna, en estos burdeles de alto nivel me reciben
bien así que beberé poco por la cita de mañana ….
- Continuará ……. ( gracias por pasar por aquí un abrazo ) …..
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