Aún recuerdo el rubor en tus mejillas
La tarde en que se te escapó
-mirándome a los ojos-
Que estabas enamorada
De todas y cada una
De mis personalidades.
Yo entonces no lo estaba
Pero igual me lancé a la piscina
Que fue tu baño aquel agosto,
Y te besé en el viaje
De Madrid al cielo de tu cama
Donde enredamos nuestras piernas
Mientras nos hicimos las dormidas, abrazadas.
Han pasado más de dos años y soy yo
Quien sigue enamorada
Aunque ya solo sea de un recuerdo.
Nunca debí quitarme el miedo
De entregarle un corazón de sal
A quien tiene alma de sirena.
Sabía que terminaría diluyéndose
En el mar de tu memoria.
Re
Cuerda
(me).