Existió una vez un hombre que no creía en nada sin antes el verlo, este hombre era un abogado prestigioso,no tenia familia y la ultima vez que vio a sus padres fue cuando se fue de casa a los veinticuatro años, a este hombre le encantaba leer y ver documentales sobre los misterios que guarda el mar.El hombre era callado pero cuando hablaba todos lo querían hacer callar por decir cosas realmente raras o por decir lo que nadie quería escuchar, era drogadicto, depresivo y maniático, así que al caminar por la calle todas las personas se alejaban de el y esto a él le causaba gracia.
Un día al salir a comprar droga, iba caminando tranquilamente por la acera de la calle y se topó con un anciano vagabundo de esa calle, este quedó mirando al hombre y le dijo:
-desencadenate, despreocúpate y camina.
El hombre impactado por lo que el anciano le acababa de decir, se dio media vuelta y corrió hasta llegar a su casa.
Al amanecer este hombre se había suicidado.