Él había luchado contra un escuadrón completo de una unidad de servicios especiales, a todos los había matado con sus propias manos, les había arrebatado a ellos la cura para la salvación del mundo, su cuerpo estaba cubierto de sangre de aquella sangre enemiga, aquellos culpables de que su familia entera se desvaneciera de un día para otro, ya la Oscuridad le había absorbido el alma misma, no tenía un solo sentimiento bondadoso, estaba consumido en ira y odio contra la humanidad, nada le importaba en este mundo ya, había perdido todo lo que amaba: su familia, un suspiro salió de su ser, recordó a su hija de 6 años correr y llamarlo papiii, sus ojos derramaron lagrimas las que se quito de un tajo con sus manos.
Se levanto y tuvo el impulso de salir corriendo a cualquier parte pero sabía que no podía, no debía, su cuerpo entero estremeció por la ira contenida, volvió a sentarse para lograr recobrar la poca cordura que le quedaba, absorto paso la noche entera mirando hacia todo y nada, pensaba que si salía de aquel lugar que podría hacer a donde ir, ya no tenía hogar ni familia ni amigos, ¿qué hace un ser cuando ya no lo une a este mundo ningún ser querido: enloquecer o morir?, ya loco estaba y respiraba porque el cuerpo lo hacía por costumbre, pero él ya parecía más del otro mundo que de este, solo con mirarle los ojos podías ver la oscuridad en ellos, esa frialdad al mirar lograba atemorizar a cualquiera,
El mundo entero lo buscaba ya que el poseía la cura que podría salvar miles de vida, nadie había logrado conseguirle, todos se preguntaba qué clase de ser era ese que sabía que podía salvarlos y aun así no aparecía por ningún lado, días de desesperación vivía cada uno de los enfermos
Mientras tanto el está sentado en una cueva bañado de sangre, y en sus manos la cura que tanto anhela el mundo entero: Un dulce, el ultimo dulce en todo el planeta tierra…
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