Su cabeza reposaba sobre la palma de su mano diestra, el ir y venir de su cabeza denotaba la negación a un acontecimiento próximo pasado, su mirada se perdía por instantes mientras los dientes anteriores quitaban pequeños trozos de la uña del dedo gordo, sus 23 años se aglomeraban en su pecho, haciendo las respiraciones pesadas y las exhalaciones, desdichadas. El mundo era suyo, la vida un lienzo a pintar, no había ataduras, solo un largo camino despejado, un montón de aventura. Esa voz, la que cambio el destino, se aclaraba mientras volvía en sí.
- ¡escuchaste lo que te dije!-
Negación, es el primer impulso a lo nuevo o desconocido.
- Si… ¿estás segura?
- ¡sí!, acá en la caja dice “dos rayas embarazo, una raya, un simple retraso”.
Putas rimas del marketing.