Debajo del disfraz el desconsuelo le inventa a la verdad alguna historia; convierte en fantasía el triste hielo que horada poco a poco mi memoria. Cansada de mentirme me rebelo; se fue muriendo el alma en la expiatoria condena que es alivio y es flagelo, unidos en mi cárcel ilusoria. No hay vida si se niega la esperanza, ni olvido en el engaño ni en las rosas que aroman soledades no elegidas. En cambio hay una aurora en la confianza de hallarte en tus poemas y tus cosas, mientras el tiempo sana mis heridas.
Texto agregado el 14-05-2015, y leído por 290 visitantes. (8 votos)