Llega a mi memoria,
la primera vez que te dije
«te quiero»
seducido por el flujo de luz de la luna
y el brillo de tus ojos divinos,
rodeados
de miriadas de estrellas
bailoteando,
entre el velo engalanado del cielo
y el blanco de tu sonrisa
cundida de albricias nuevas,
¡Festejando la sumisión del amor!
JOSE NICANOR DE LA ROSA.
Texto agregado el 13-05-2015, y leído por 581
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