Repta en el desierto
sin dunas
carajo, ni evocar al Principito
puede
el sol no es permisivo
Esforzándose
consigue estar de rodillas
y al fin la arena le concede
la salvación: cierto mar
nubes en el horizonte
y una mujer desnuda que viene a buscarlo
con un par de daikiris.
Texto agregado el 13-05-2015, y leído por 227
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