¿En realidad, qué es la vida? No es más que la escritura que transciende en la mente de los olvidados, es la esencia cumbre de todo ayer, la vida pasada del ahora y el futuro incierto de un presente; y los olvidados, solo son un fruto inmaduro de un Dios mezquino, porque ellos solo transmutan en imágenes constantes que pueden ser plasmadas u olvidadas, (así como todo deseo) y justamente reafirmo que la función principal de todo escrito, es la fundación inequívoca de toda idea, ya sea errónea o acertada.
Ser libre de leerlo es opcional, las razones son lógicas, registrar un pasado, talvez cortó, en ocasiones largo, pero en resumen: Un pasado.
Seguiré con el concepto extraño de predicar, de tratar de formar un pasado, explicar un presente y fomentar un futuro; quizás, termine odiando a mi descendencia, pero esta no es la razón por la cual escribo, solo lo hago por la falta de interés a la vida humana, solo me interesa el recuerdo anónimo.
No busco la inmortalidad de mis letras, pero si la unificación de mis palabras, ya que me encuentro sediento de emociones, y el solo hecho de pensar que el pensamiento pensado a la hora de pensar pensamientos… pienso si realmente lo hago, o solo es la imaginación burda y delirante que me hace soñarlo. Risas inconstantes me hacen levantar la mirada de un personaje, no yo, ni tú, un personaje que busca ignorar todo protagonismo y se conforma contando el tiempo.
Utilizo todas mis capicúas en la inspiración máxima, recurro al recuerdo de los aquí mencionados; si tardo al sonreír al compás de una luna y un reloj, es por la falta de conspiraciones en mi contra. Personas que se trasladan de psique a papel sin razonar siquiera, solo el deseo de plasmar me devuelve al mismo punto donde empecé, una fecha: días, meses, años, formas de medida que explican ideas concretas y similares, pero que difieren en su esencia cumbre.
Porque cada escenario muestra historias ajenas al hombre, pero su egoísmo las hace propias. |