El estruendo de la caída de unas hoyas, cuando el gato de doña Asara perseguía a un ratón que noche tras noche dañaba los pasteles que dejaban enfriando en la meza, hizo levantar de un salto a Cristian, cuando se fue en calzoncillos por el trascorral de guadua al patio de su casa.
Creyendo que era don José un hombre. de aspecto tosco un metro ochenta de estatura manos fornidas y fuertes, propias de un cazador de venado y ponche….pero de mala reputación en el pueblo se decía que había peleado con el diablo y que hoy día no le tiene miedo a nadie, era el padre de Mariana una joven de lindo parecer de cabellos negros y largos, sus ojos de miel intenso, de piel cobriza y un tenue vello que cubría todo su cuerpo dejaban ver la escultura de un artista, sus labios delineaban la figura del arco de Cupido y dejaba sin palabras cuando ella caminaba a la tienda , era imposible no mirarla ,pues bajo la tela traslucida de su blusa deja ver su hermoso busto que parecían dos nalgas de un bebe ,bajo un profundo escote que dejaba sin imaginación lo demás, el caminar contonearte de su cadera en forma involuntaria mostraban bajo la falda unas piernas gruesa, firmes y esbeltas que todos los hombres querían tocas. Y solo Cristian gozaba de las mieles de Ella.
¿Quién está en el patio?- pregunto doña Ana la madre de Cristian cuando el regresaba a su cama. – Soy Yo mamá, me levante a orinar- ya casi son las cinco y los gallos no han dejado de cantar. –Si es así Yo también me levantare- .
Era un amanecer de verano y ya se escuchaba el golpeteo de los cajones del burro de don Laureano Montes un campesino que entraba al pueblo a repartir yuca y queso, que mas de una ocasión se encontró a Cristian y a Mariana en los caminos gozando de su juventud y recordándole al viejo que ya sus tiempos pasaron y sumido en la nostalgia que él un día tal vez hizo lo mismo, con un palo de guayacán Laureano afinaba mas y mas el sonido de los cajones, el olor a café invadía ya la casa de Doña Ana y era la ruta perfecta para dejar una arroba de yuca y cuatro kilos de queso.
¡Buenos día ¡.era el anuncio de don Laureano,-Siga y siéntese—ya le doy una totuma de café.- le agradezco mucho doña Ana,.. Aquí le dejo lo de siempre.
Ya a las seis y diez de la mañana se escuchaban las campana de la iglesia era muy raro pues no era un día festivo y mucho menos domingo,,, Algo paso dijo don Laureano,,, Si ,,,replico Doña Ana – no es común que se escuchen las campanas el viernes en el pueblo-,,,. ¡Cristian¡, ¡Cristian¡ corre muchacho ve a la plaza y dime que ocurrió—¡Si mama¡ Enseguida voy ¡- dijo Cristian
Los perros ladraban y la gente corría despavorida a la plaza ¿qué paso? qué paso?,,, es un muerto…¡ ¡si es un muerto….¡ Y ¿ quién es?... -creo que es el hijo de Ezequiel Martínez -- dijo el inspector de policía. ,,,Pobre muchacho que muerte tan cruel tuvo… ¿porque lo matarían? Dijo el tendero, Dionisio Marín , dueño de la única tienda y un billar del pueblo donde se reunían todos los jóvenes hasta largas horas de la noche, donde se sabía de la vida de todo el mundo de todo habitante del pueblo --,Hay que avisarle a Ezequiel y a su familia,,, y enseguida abriré la investigación de este caso,,, dijo el inspector,,, .
¡Pero que va¡ ese tipo ya lo tenía merecido, hablaba mucho y por boca de él ¡ya¡ se había acostado todas las muchachas del pueblo… lo que le gustaba era hablar paja,,, fueron las palabras de Simón, el vago del pueblo.
Cuando Cristian se acerco al cadáver, palideció, pues estaba vestido con los pantalones y la camisa que semanas atrás el había olvidado en casa de Mariana,.. Esa noche el corrió cuando estaba en pleno apogeo con su novia, fue asustado por las pisadas de alguien que se acercaba a la casa no eran más de las doce de la noche cuando mariana lo alerto que había alguien detrás de la puerta al día siguiente cuando Mariana bajaba al pozo a buscar agua,--¿Quién era el que estaba anoche ahí?,--pregunto Cristian—No era nadie—respondió Mariana. –No te preocupes por algo que no tiene importancia--¿vas esta noche…? ,,,No se luego te aviso,
Ese día Cristian quedo inquieto y pensativo ya en la noche el no fue a jugar billar como era de costumbre antes de irse a casa de mariana, don José se había ido de cacería y los pasteles no estaban hecho, Sara la madre de Mariana estaba en la habitación a medio vestir y mariana esperaba a Cristian en el cuarto siguiente,… cuando el empuja la puerta falsa del cuarto de su novia por la puerta delantera salía alguien al cual no pudo distinguir.
Después de haber visto el muerto le pregunto,-- inspector donde lo encontraron—mijo cuídense lo encontraron cerca del Tapete Azul—este era el nombre del billar donde común mente se parrandeaba ¿quién lo encontró?.. . Dijo Cristian-- fue simón el vago, pero no dijo quién lo mato, dijo el inspector,,, en sé momento una turba de gente venía acompañando a don Ezequiel Martínez, y Cristian corrió a la casa a informarle a doña Ana de lo que había acontecido.
¡Mamá¡ ¡mamá¡ el muerto fue el hijo de Ezequiel Martínez quien lo encontró fue Simón cerca del Tapete Azul…,, Yo te lo tengo dicho no vayas a jugar a ese lugar,,, dijo doña Ana,,,
--Joven hágale caso a su Mamá no vaya a ese lugar y aléjese de esa novia, Yo sé porque se lo digo-- ¡Como¡ don Laureano ¿qué sabe usted?...
Bueno mi hijo Hacen dos días baje al pozo darle de beber al burro y en el monte discutían dos personas… eran las diez de la mañana,,, y la mujer le decía al hombre que lo mataría si le decía a su marido lo que había ocurrido, el muchacho era el hijo de Ezequiel Martínez ,,,¡ como ¡… y la mujer ¿Quién era?.... veras muchacho no me quiero meter en problemas,,, No nos deje así Laureano Marín usted vio a la mujer,-- dijo Doña Ana…
-Lo que ocurre Doña Ana es que ¡esa¡ mujer es la esposa de mi compadre ¡… dijo Laureano, y yo soy el padrino de MARIANA.