Hay bocas que abrazan en lugar de besar
Y a ver quién es la infeliz que dice que no
Cuando ella te pide que la beses en la boca
Y tú mueres por encontrar el sabor del hogar.

Ana va convenciendo al mar
En cada oleada te conquista
Así tú sigas con tu pose de dura de revista
Intentando mantener, sobre todo, la libertad
Que hace sentir a salvo a tu integridad.

Ana no pregunta procedencia o edad,
Que tiene treinta años
Y aún no sabe nada sobre amar.
Ábreme tus puertas, Ana,
Que vengo con ganas de entrar.

Ella es ese segundo antes del clímax
El orgasmo donde el mundo
Deja -al fin- de rodar
Todo se vuelve blanco
Y la matarías si se le ocurre parar.

Ana, que viniste a por frutos
Cuando aún tenia el corazón en barbecho.
Tú, la más callejera de las gatas de barrio
Que dejas el amor solo para el lecho.

Qué poco estás en la vida,
Ana, que hasta el reflejo
De la felicidad que tengo asida
Te sorprende y mortifica.

Como un temeroso alevín
Que pareciera gran veterano
Viniste a dar sentido
A este pequeño océano.

Ana, a mi memoria de pez
Se le olvidó que moría
De ganas por besar
La boca que nunca fue mía.

Ana, dejarse llevar
Nunca formó parte del plan.