El exterminador
-¿No cree Ud. conveniente que hagamos la pintura e impermeabilización exterior Sra. Petra? Mire que el edificio lo necesita, están apareciendo humedades dentro de las unidades y eso es perjudicial para todos, dijo el propietario del primer piso que a su vez hacía de administrador del Consorcio.
-Sabemos que fue la primera propietaria en habitarlo pero tenga en cuenta que es un edificio de muchos años y hay que hacerle mantenimiento, es por el bien de todos, manifestó el propietario del tercer piso con vos de suplica.
-Sra. Petra, se lo pedimos como un gran favor, déjenos hacerlo, ya nos pusimos de acuerdo entre nosotros cuatro y aunque su piso el más grande y el de mayor porcentual no le vamos a pedir su parte proporcional, pero por favor de su consentimiento en esta Asamblea para efectuar el trabajo, comento el propietario del 4 y anteúltimo piso.
- Ya les dije que no les voy a aprobar ningún cambio del exterior, empezó a decir la Sra. Petra sentada en un banquito en un rincón del hall de entrada y golpeando frenéticamente su bastón contra el suelo en un tono de vos desmesuradamente alto por la edad que tenía. -No me importa si no tengo que pagarlo, no quiero ningún tipo de cambio exterior y no me hagan tener que tomar nuevamente acciones legales como las que tuve que hacer cuando querían reformar el hall de entrada, el reglamento de copropiedad es muy claro, se necesita una unanimidad para aprobar cualquier punto del orden del día. Levantó la cabeza y con una mirada perdida y voz dominante continuó: -y mañana quiero que venga un nuevo fumigador a erradicar de forma definitiva la plaga de murciélagos que tengo en mi departamentos instalados en el interior del taparrollo de mi dormitorio ¿qué esperan? ¿Qué me agarre una peste? ¿Quieren que les mande una carta documento o haga una denuncia en salud pública? Mañana sí o sí quiero una solución a este problema. Terminó de hablar y comenzó a levantarse muy despacio con la ayuda de su bastón y una vez erguida tomó el banquito con la otra mano rechazando la ayuda del propietario del segundo piso que se encontraba más próximo. Se dirigió a paso lento al ascensor abrió la puerta y antes de ingresar dio vuelta la cabeza mirando a los propietarios de forma retadora, subió al ascensor y se fue a su departamento como quien se va de una reunión a la cual no fue invitado.
A las 11:45 hs del día siguiente la Sra. Petra escuchó el timbre de su departamento, se dirigió caminando muy lentamente a la puerta siempre con la ayuda de su infaltable bastón y casi gritando pregunto: -¿quién es y que quiere?
-Buen día. Sra. vengo a solucionar el problema, soy el exterminador.
Abrió la puerta con exasperación y un hombre de contextura pequeña, con sonrisa seductora, vestido con un mameluco azul y portando un pequeño bolso ingresó lentamente al departamento no sin antes presentarse y pedir el permiso del caso.
Juntos se dirigieron al cuarto, la Sra. Petra por delante amenazando al exterminador que no se iba a retirar del departamento sin erradicar la plaga.
-Es ahí, dijo la Sra. Petra acercándose a la ventana y señalando el taparrollo, escuche los chillidos, debe haber montones, en cualquier momento me agarro una terrible infección.
-Tengo lo necesario para terminar con el problema, no se preocupe. Colocó el bolso en el suelo y extrajo unos guantes de latex. Se los terminó de colocar y con un movimiento rápido e intenso agarró a la Sra. Petra por detrás y golpeó fuertemente su cabeza contra el vidrio de la ventana. La Sra. Petra no llegó a emitir ningún sonido, cayó al suelo desvanecida con el rostro empapado en sangre por los cortes profundos de los vidrios. Se acercó a la ventana , cerró la persiana y de su bolso extrajo un destornillador, hizo palanca y abrió un pequeño lugar en el taparrollo dejando una vía de salida a los murciélagos hacia el dormitorio. Guardó el destornillador en el bolso y se dirigió a la salida cerrando la puerta del cuarto. Con paso tranquilo salió del departamento, había cumplido su trabajo, el problema había sido eliminado. Fin
By Pato Buratti