Sueños.
“Si estás viendo esto, es que estoy muerto”. Así empezaba el título del video.
El encuadre de la película representaba a dos personas. La una, con una uniformidad característica de médico, la otra; vistiendo de forma muy común e insignificante. Después de las debidas formalidades, empieza la monótona terapia. La voz lánguida y aburrida del Dr. suena vaga a los oídos del interlocutor…
—La interpretación de este sueño bastante común depende del contenido emocional. Si se despierta con una terrible sensación real, puede ser que ha sentido el fallecimiento de alguien. Esto ocurre a las personas sensibles. Si este sueño es recurrente puede ser síntoma de un trastorno al que los expertos señalan se le debe prestar atención—
Respira, mira a la cara del paciente esperando alguna reacción. Después de unos segundos prosigue.
—En las personas mayores este sueño les ayuda a prepararse para su propia muerte. Sin embargo, si el sueño se produce sin sentir miedo o preocupación, representa una liberación de las preocupaciones actuales y significa lo opuesto a morir, una curación o un renacimiento está a punto de ocurrir en su vida—
Fuera, el frío arrecia, la tormenta anunciada descarga con toda su fuerza. En los cristales el ruido que produce el agua, armoniza el silencio del gabinete. La cara impávida del paciente le indica al galeno, qué quizás su terapia falle, pero continua con la misma resuelto a tener el éxito que da la experiencia de muchos años de profesión.
—Si sueña con un ser querido, es posible que carezca de algo en su vida que dicha persona representa. O, por el contrario, puede significar que esa persona ya no representa nada en su vida. Soñar que está vivo un padre fallecido o una madre fallecida, es de muy mal augurio. Trae mala suerte—
Ahora si que espera causar esa reacción, en este punto siempre el paciente pregunta, nadie hasta la fecha ha resistido y llegado a este punto sin consultar.
Nada, silencio. La atmósfera del despacho baja de temperatura, un gélido aliento sale de la boca del galeno, no entiende, no comprende el porqué, ya que el aire acondicionado está en modo calor. El paciente sigue cómo si tal cosa, cómo si con él no fuera ni le tiempo ni los elementos. El terapeuta debe de seguir, todavía su tiempo no ha llegado a su fin. Una hora es siempre lo estipulado, nunca en sus años dejó de pasarse ni dejar de llegar al tiempo determinado, sigue resuelto a acabar.
—Soñar con alguien que se ha muerto y está vivo en su sueño puede ser una forma de intentar resolver sus sentimientos hacia ellos. Si sueña con un conocido que se murió hace tiempo, significa que hay algo en su vida actual o su relación actual que se parece a una faceta de la persona muerta. Si en el sueño habla con ellos, significa que siente miedo por haberlos perdido y busca una forma de aprender a vivir la vida sin ellos. Tal vez necesita una oportunidad para despedirse de ellos. Dicen que los mensajes que nos transmiten los muertos, son muy importantes, porque nunca mienten y pueden decirnos cosas importantes o avisarnos sobre peligros.
—Está usted perdiendo el tiempo Dr. —Un gesto de asombro asomó a la faz del médico, lo miró de hito en hito sin comprender ¿perdiendo el tiempo? ¡Imposible, nunca perdí ni perderé el tiempo! Esos pensamientos no salieron por su boca, pero si una mirada colérica que si pudiera, fulminaría a su paciente.
—No se asombre Dr. ya sé que estoy muerto...
—¿Muerto?
—Oyó usted bien, tan fallecido como le veo ahora mismo.
—¿Huele a podrido?
—No...
—¿Entonces?
—Es que soy un muerto muy peculiar, huelo a rosas.
—¿Es un difunto santo?
—Por supuesto, llegué del cielo...
—El paraíso desde el que usted viene ¿Cómo es?
—Inimaginable... no hay palabras Dr.
—Y si es tan maravilloso ¿a qué viene?
—A salvarle...
—Muy peligrosa la profesión de psiquiatra y muy acertado lo de grabar sus terapias. De está manera el caso está resuelto...
Mientras los empleados de la morgue trasladaban en camilla al cadáver mutilado del galeno. La policía guardaba la cinta de video, de un gabinete atestado de funcionarios recogiendo pruebas, fotografiando y filmando la escena.
En otra insignificante cuidad, se oye el timbre de llamada a la consulta. Un insignificante personaje pide ser recibido por un nuevo y engreído psiquiatra al que se cree superior, dada su profesión, en que pretende saber lo que hay dentro de toda cabeza que se precie a estudiar...
Fin.
J.M. Martínez Pedrós |