Son ya casi las 5 de la tarde!, dijo Manuel mirando ese reloj que le regalo Magdalena la navidad pasada, se bajaron frente a la Galería Santiago centro.
se fueron caminando por la galería, haciendo un recuento de lo que debían comprar para el viaje, Manuel Solo tenía una meta esa tarde, era la sorpresa que le tenía a magdalena, llegando a estado pasaron a comprar los botines, y después a comer pizza, cuando Magdalena ya pensaba en si harían algo mas antes volver al departamento, Manuel le dijo:
Amor espera que aun falta algo mas, ella le pregunto ¿alcanzaremos ir al cine?, el sonrió respondió por supuesto amor, solo debo ir a pagar una cuenta, caminaron hasta Paris que está en San Antonio con Alameda, ella le dijo; Sube tu yo me quedo mirando acá en el primer piso, el pensó que era perfecto, subió por las escaleras hasta el departamento de electrónica de la tienda y compro esa cámara Nikon que ella tanto quería, Magdalena es una amante de la fotografía, y ese viaje al sur, más que una escusa era la ocasión propicia, ya con la cámara en su poder y la mochila que ávidamente compro para él, y así poder ocultar la cámara, bajo lentamente las escaleras tratando de disimular esa sensación que produce una sorpresa
le mostro la mochila que estaba dentro de la bolsa sellada por una cinta adhesiva

Ella no sospechaba nada, salieron de la tienda rumbo al cine, ambos querían ver “Amélie”
bajando las escaleras mecánicas del cine Hoyts, la mirada de magdalena se clavo en la confitería, le dijo tiernamente amor; podemos comprar muchas cabritas y chocolates, mostrando una sonrisa Plausiva, Manuel solo sonrió, tomando su mano
ya cómodos en las butacas, se acurrucaron por el frio que se sentía por el exceso de aire acondicionado, magdalena le susurro en el oído;¡te propongo un juego!
Manuel se voltea y muerde suavemente su oreja, magdalena, se sonríe y le dice: ¡ese juego no leso!, Manuel se sonríe mirando al techo, y le pregunta, ¿Cuál juego entonces? Ella le respondió con esa irresistible sonrisa coqueta; “ya, se trata que tu no me conoces y que nos encontramos en este cine y que te sentaste al lado mío y que me quieres conquistar, si lo logras tendrás una gran recompensa.”




Manuel sonrió, puso su brazo rodeando la espalda de magdalena, y ella mirando la pantalla casi sin pestañar, le dijo: recuerda que no te conozco o te quieres llevar una bofetada, ¡ah es enserio!, bien entonces jugaremos, dijo Manuel sacando su brazo, cuando ya empezaban las sinopsis de los próximos estrenos, se acababa el tiempo para empezar a actuar, ya que cuando comience la película la atención de ella será casi nula, pensaba Manuel mientras revolvía las cabritas en el balde.

Cuando ya todo parecía muy difícil, empezó a llegar más gente a la sala, y la fortuna de un movimiento hábil le ayudo, cuando vio a esa mujer de abrigo largo que venía pidiendo permiso para pasar entre el estrecho espacio que hay entre las filas de butacas, cuando venia cerca de ellos Manuel bajo su brazo, aprovechando la mirada fija de magdalena en la pantalla, justo cuando paso aquella mujer con ese ancho abrigo por frente a ella, Manuel levanto rápidamente el brazo y golpeo el balde de cabritas de magdalena, dejando caer todas sus cabritas, culpando a la mujer del abrigo, Manuel en un acto sínico le dice: ¡Señora tenga más cuidado!,
luego mira a magdalena y le dice: ¿señorita, está bien?, ¡que señora mas imprudente!, ella lo mira y le dice: no solo boto mis cabritas, y la película está por comenzar, el mira tratando de no sonreír, diciendo; compartamos las mías, si se llegan a terminar voy por mas, ella sonríe llevando su pequeña mano al balde de Manuel, esperando que ella entrara un poco más en confianza, miraba de re-ojo el balde cuando ya quedaban pocas cabritas hizo coincidir su mano con la de ella en el balde, y le dijo: estas helada, tienes frio, ella respondió, si un poco, sin preguntar nada se quito su abrigo y se lo paso, ella un poco indecisa lo acepto igual, el miraba disimuladamente, vio que estaba complicada, no podía ponerse el abrigo, espero unos minutos y le dijo: ¿si quieres te ayudo? Te lo agradecería le dijo ella, inclinando su cuerpo hacia la orilla de la butaca, el cubrió su espalda con el abrigo recogiendo suavemente su cabello, ella se volvió a acomodar en la butaca ladeando la cabeza hacia el hombro de Manuel, ahí recién intento rodearla nuevamente con el brazo, al ver ese intento magdalena se volvió a sentar derecha y Manuel tuvo que volver el brazo a su lugar, espero un momento y se puso de pie, mirándola le dijo; vuelvo enseguida ella ni se inmuto con la vista pegada en la pantalla, subió las escaleras rápidamente hasta la salida, fue a la confitería mientras le atendían pensaba en que mas podía hacer, ya que estaban viendo una película, no podía conversarle. Entonces se le ocurrió una idea, saco una servilleta y le pidió prestado un lápiz a la niña del mostrador, tomo la servilleta y solo le escribió; “la mejor escena de esta película es tu sonrisa,” dejando la nota sobre las cabritas, camino rápidamente a la sala, se volvió a acomodar en la butaca, le entrego el Mocaccino que le traía y puso el balde con las cabritas al medio, mirando sigilosamente que ella tomara la nota, cuando lo hizo y vio que ella sonreía, sentía que había avanzado un peldaño más.