ANTEA LA MUJER DEL TRAIDOR Desde hace cuatro inviernos Antea no traspasa la linde de sus huertos ni enciende en el templo la llama votiva . Entre los olivos vaga Antea como negra corneja azotada por el viento. Pero no guarda luto por su padre, quien murió de pena, ni lo guarda en memoria de su suegro y su vergüenza. Antea no cubre su cabello de ceniza aunque diestra pedrada causara la cojera de su hijo. Entre los olivos y el cierzo vaga porque sólo guarda luto por ser esposa de Efialtes, el traidor.
Texto agregado el 01-05-2015, y leído por 83 visitantes. (3 votos)