Inicio / Cuenteros Locales / sendero / La peste
¡Qué grandes fuimos cuando conducíamos a millones de roedores desde Asia hasta Europa! La sangre de la rata era amarga; y dulce, la de los hombres. Por cada familia infectada, sólo quedaba la mitad para contarlo. Si Atila fue el azote de Dios, nosotros lo fuimos de los hombres. |
Texto agregado el 01-05-2015, y leído por 319
visitantes. (11 votos)
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Lectores Opinan |
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05-10-2015 |
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*****Aplaudo el toque de curiosidad y de cultura que incitas y agradezco también a tus lectores sus comentarios tan enriquecedores. Solo_Agua |
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02-05-2015 |
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...(aunque fueran las pulgas de la rata, polizonas de esta, las causantes de la propagación. Esto solo se supo siglos después, como bien sabes..) -VIGIA- |
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02-05-2015 |
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La peste del medioevo es comparable a las innumerables que, de un modo u otro, seguimos produciendo en la Gaia.
Y volviendo al principio de tu escueto y acertado resumen seguimos diciendo "Que grandes somos...". La creación y la destrucción siguen en la misma medida como parte de la sangre del hombre. Inevitable. Un abrazo. -VIGIA- |
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01-05-2015 |
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Indudablemente, una reflexión profunda que muestra gran inquietud sobre la conducta humana. Admirable como puedes trasmitir toda una historia en tan pocas y acertadas líneas. Te felicito, Senderito amado, de verdad que es fascinante leerte. Un abrazo full y laaaaaaaaargo. SOFIAMA |
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01-05-2015 |
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Muy bueno. jdp |
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