Esclavo de una conciencia que me llama vago
si antes de diez horas ya no trabajo.
Esclavo de una responsabilidad,
de un buen nombre y de un bien quedar.
Esclavo de mis miedos,
que tapa a los pensamientos
y matan mi ser.
Mi querida esclavitud:
¡Cuánto te quiero,
como pretesto!
Texto agregado el 30-04-2015, y leído por 84
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Lectores Opinan
01-05-2015
Siempre seremos esclavos de nosotros mismos . autumn_cedar
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