A veces el día comienza
Con pequeños cristales que se incrustan en el pecho
Y con huesos helados y solitarios
Dispuestos a batallar
Otras veces nace mal nacido
Pesado, opaco, caprichoso

El día como una flecha
Como veneno en el desayuno
Como un tren directo al muro
Caliente como la hoguera
De nuestros propios pensamientos
Frío como el vació
En que mueren las estrellas

Y hoy, a mi día no distingo el gusto
Tal vez sea temprano
Tal vez no tenga alguno
Pero la ventana me da una pista
De las negras nubes que se avecinan

El día como una herida
Como una ulcera
El día como patadas
Solo, como la muerte
Vivo, como un abrazo
El día como excusa para no hacer nada

A veces el día comienza,
Como un examen a la mala salud
Otras veces, comienza y solo eso
Y otras tantas, parece no comenzar.