Recuerdos, mis sensaciones, mi amor,
mientras aún el amor hacia ella todavía exista,
pertenecen a aquella mujer cuyas palmas
con cariño los amasó y
con melancolía los forjó y
ahora en arena los convirtió y
de nostalgia en pequeñas porciones llenó
el vacío que a su partida se creo.

Aquellos días cuando aun la veía la soledad efímera era,
mientras estén vivas mis esperanzas de verla nuevamente.

Ahora que no está son absolutas,
la demencia y la soledad. Ya en mis letárgicas tardes,
cuando en aquellos tiempos divago
aguardo al preludio de mis oscuras noches.

Desde su frió adiós siento en el aire el dolor
en que a mis recuerdos envolviste y
con tu tormenta lo disipaste a las fauces de ese azul oscuro.

Ahora aquellos recuerdos que se me fueron despojados
por la noche viajan grabados en las islas nebulosas
y los vientos nostálgicos.