Como si fuera un ave, codos hacia atrás cabeza erguida, tomo coraje, infló el pecho, dio un paso, con grito guerrero comenzó la danza, en medio de la ronda, al ritmo de tambores, gritos, alegría y baile.
En frente, maquillada con barro, como buena hija de la tierra, apuro un trago, en trance, temblando, salto al centro.
Se encontraron, sintieron rozándose la piel desnuda, sus olores jóvenes a tierra mojada y flores nobles, en plana danza de frenéticos tambores.
Escaparon confundidos en la noche, el instinto quedo olvidado, mirándose abrazados con estrellas magnificas, entre la hierba, desataron su amor primitivo.- |