Por insana ocurrencia, bañada en aludes de savia,
las pupilas se detienen en el detalle suburbano.
Mundo asonante que borra limites a la locura,
que nace prisionero de tus muslos sublevados.
Justo allí, donde cobra sentido vivir algún traspié,
en el lento leudar de un letargo que se prenuncia.
Fuera de los días comunes de viajes en autobús,
se brinda la oportunidad que no hubiese soñado.
Un último pétalo en un futuro de sábanas rotas.
Texto agregado el 28-04-2015, y leído por 268
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