Y veo pasar la vida por la ventanilla,
la movilidad me paraliza
y los pensamientos me estaquean en el camino
donde los sueños vuelan por debajo de la tierra.

Caminos paralelos invitan a ser recorridos
trazos invisibles aireosos de libertad;
y mi parada es esa y todas,
aún así, el descenso se hace esperar.

Pupilas dilatadas se confunden
el cielo y la tierra se fusionan,
meteoritos perforan mi interior
y la luna se abre paso en pleno día.

Mi guía no ha llegado aún,
no hay brújula que indíque a dónde ir
las señales no existen más que en el aire
donde soplan los vientos circulares.

Y no sé muy bien en donde estoy
me dispongo a caminar sin rumbo,
de seguro he de cruzar a mi destino
vagando ciego por las calles.