Cursilerías ?

De muy chiquito, tuvimos un gatito que nos alegraba. ¿Él llegó, por quién?
Por vos,
¡Llegó a casa como muchos otros mishi! Cuantos gatitos como ese nos hicieron felices.
El arroz con leche y canela, que nos calentaba antes de ir a dormir en esos inviernos helados de pisos mojados, de humildes tazones de mate cocido con leche, noches a veces iluminados con el aroma de la canela.
¿Por quién humeaba, ese arroz, de quién era la idea? De vos mamá tan golosa y cómplice.
El guardapolvos bien planchado y las riquísimas pastafloras, también fruto de tu trabajo
El uniforme listo, con alfileres e hilvanes cuando inicié el secundario. Y tú de improvisado sastre hasta que poco a poco lo terminaste.
Tu enojo para que me limpie la boca desde afuera hacia adentro….y no con el revés de la mano. Porque así te enseñó en el medio del campo esa bisabuela alemana que no conocí.
La defensa ante aquel hombre que me echó del cine, porque en el intervalo perdí al salir la contraseña, y no me dejó entrar a ver la película nueva del Zorro.
Recuerdo que cruzaste el pueblo conmigo detrás, tratando de calmarte, diciéndote que me daba vergüenza que fueses a reclamar. Sólo dijiste cuando tuviste al señor delante:
-¡mi hijo pago su entrada! Y verá la serie. Y –simultáneamente- le diste un cachetazo que hizo volar sus anteojos por el inmenso hall del cine.
! Te acuerdas mamá ¡después nos fuimos contentos y riendo ¡ Porque ya no me interesó entrar, mientras el señor tanteaba el piso buscando sus gafas.
…y el nombre que me diste ¿? Te lo agradezco
Porque si bien era de mi padre el Luis y mi tío, el Enrique, por debajo vos pensabas
Luis Rey y Enrique Rey
Como Becker te inspiró para tu Gustavo Adolfo! mi hermano¡
Agradezco que hoy pueda escribirte y puedas escucharlo en la vos de una de tus nietas.
Sé, que no soy el hijo que soñaste, y que también hubo recriminaciones, pero sí sé que soy un hijo en el que confías.
Sabemos que cada quien hace lo que puede y sufre….sufre por lo que no recibe…
Y sufre por lo que no llega a dar, y le recriminaron, porque no lo tuvo para devolver o ¡porque no lo supo dar!
Ya nadie pasa cuentas, tranquila mamá….
Por mi parte, agradezco lo que has podido dar.
Eso hizo, que pueda armar una familia que hoy está a tu lado. Un vivir más sano que el que tuviste…
Lo mismo que quiero para mis hijas.
Y ellas a su vez ya lo piensan, y te han comentado que ya les preocupamos- tu nuera y yo-
Sé que ellas meditan en su construcción de futuro, disfrutándonos y haciendo su vida,

Bueno, la torta esta lista- ¡ ocho velitas!. La primera y la última representan tus años felices.
Los primeros y los últimos diez, años donde nadie tuvo ni tiene derecho a exigir, y sólo vale tu derecho a ser feliz.
Cuando termine tu nieta de leerte a mi pedido este escrito, en ese momento, cuando sienta el cumpleaños feliz, entraré a darte un gran beso, por tu cariño gatuno, tu exquisito arroz con leche, por tu esmero con mi ropa escolar y por tantas cosas como la Z que le marcaste al señor del cine.



*Esto lo escribí hace cuatro años. Nunca pude ni leérselo, ni hacer que su nieta lo lea. Parece muy cursi. Cosas de humanos que extrañamente nos avergonzamos de hacer lo que nos da la condición de humanos
. Mientras, mi madre ya cumplió ochenta y cuatro..