Canta el viento y aun es viejo cuando las veo.

Entreveo el baile de los femenino y felino, trance de una fantasía: su mirada.
Un espejismo irreal de lo infinito: su espíritu.

Una: es lujuria impredecible
Otra: seductora de lo sencillo.
Las invoco Dios, el tiempo, el destino.
Vieron en mis ojos amor y olvido.

Una: reía por mí y me alegraba.
Otra de su bondad me contagiaba.

y avivó el recuerdo y la añoranza
y comprendí el pensamiento dulce amargo en la nostalgia.
Absorto, deambulo, risueño y en calma le enseñe la cura que estampe en sus almas.

Me construí un refugio entre sus palmas
me oculte de la noche en sus corazas
permee de su piel: la vida, el nácar.
y sentí de su pecho el palpito que ama.

Desenterré sus heridas en mis campos
y en su lugar, en lo profundo y claro
coseche un querer, el querer más sano
lleno de: cobardía, de sosiego, compañía e imaginario.
Te sembré un te quiero mito de lo que fuimos, leyenda de lo que amamos.

Una: Creación de ilusiones. Ninfa hecha mujer, optimismo hecho hembra.
Otra: Mujer hecha verbo, verbo hecho luna, luna pasión.

Ambas, manantial de fuerza y alegría
inefable perla de gozo amiga

En cada una de ellas habitó mi corazón
habitó mi vida.