Sube por las gradas una rara extrañeza,
como un verso inacabado, desasosiega.
El tiempo amalgama estados encontrados.
A modo ciegas aves las células se alertan,
se ahuyentan las firmezas por la senda.
Todo se siente con forma de interrogante,
creemos vigente el himno de la premonición.
Un algo va a pasar que no podemos descifrar,
un único e irrepetible temblor nos paraliza.
No llegamos a entender de donde provienen
esos presentimientos que, sorpresivamente,
se apropian, repentinos y simples, de nosotros.
Algún pesar repentino? Alguna oculta culpa?
Vaticinios de anhelos secretos que se cargan?
Al instante volvemos a nuestra normal calma,
solo nos queda el interrogante sin respuestas.