Taiel, con sus inquietos tres años, visitaba a su abuela.
Ella acomodaba su cuarto, él observaba todo.
_¿Me das ese avión abuela?
_¿Que avión?... aquí no hay ninguno…
_¡Ese!, el de las pelotitas…
La abuela posó sus ojos en el Rosario de la pared.
_¿Esto?
_Si…
_No es un avión, es una cruz… ahí está Jesús, ¿lo ves?
_Si…
_El fue un hombre muy bueno y por eso lo persiguieron mucho y lo pusieron ahí…
_¡¿Si?!... quiero el avión.
_¿Porqué?... (Dándoselo).
_Para llevar al hombre a pasear y descansar… lo persiguieron mucho… (Tomándolo y haciendo piruetas
ruidosas en el aire).
(Participante del Cien)
Texto agregado el 22-04-2015, y leído por 334
visitantes. (8 votos)