LA “SUICIDA”
El sicólogo a la paciente en su primera visita como consulta:
“Aún no me ha dicho cuál es su problema señora, pero me comentó que pertenece a una familia donde dos de sus primos se han suicidado. Desde ya le recomiendo que se deshaga del arma que dijo tener en casa…No se olvide que este impulso puede ser hereditario, hay muchos casos en que por…”
“Espere, no siga. Lo único que heredé es ese revólver de mi marido, y para defensa personal. Se está confundiendo conmigo, yo no vine porque tengo tendencias suicidas, yo no me mato, no soy de esa clase, tengo la autoestima bien alta, muy alta… .” “Usted no conoció a estos parientes míos, la arrastraban por el suelo. Eran incapaces de resolver sus conflictos y vivían penando como nadie sobre esta tierra. Seguramente ahora están mejor donde están…”
El profesional no opina, prefiere seguir escuchándola…”Yo soy todo lo contrario a ellos, me considero muy importante. Nunca supe lo que es fracasar y por eso estoy aquí; soy consciente y me preocupa este super-ego que tengo, mi autosuficiencia. Sinceramente mi gran temor es que esto sea algo que desaparece con los años y que al final me convierta en una mujer endeble y muy vulnerable a lo que me puede tocar.”
El profesional asiente con la cabeza y deja que siga hablando… “Aunque creo que de nada servirá haber venido acá, le estoy confiando mi secreta debilidad pero de su boca no sale ni un “veré que puedo decirle al respecto”…
“Ahora se lo digo: Teme deprimirse ante un mínimo traspié y que le pase lo mismo que a sus primos…”
“¡No señor, basta de lo mismo, la idea de matarse no es para mí, soy distinta, pero igual le digo que de ese revólver no me desprendo, me hace sentir segura”… .
“Haga lo que quiera con él, fue un consejo nada más. Lo más importante de todo es que haya venido a pedir ayuda. Su caso es complejo y si acepta un tratamiento nos llevará tiempo; primero debemos bajar el nivel de intolerancia que la enerva, después moderar esta autoestima que la hace infalible, y finalmente trabajar en esa angustia injustificada que sufre por lo que puede sucederle más adelante… . Deberá mantener esta confianza en sí misma, pero estar preparada para enfrentar los problemas venideros sin que se le cruce por la cabeza ninguna solución drástica”
“Usted sigue suponiendo que me suicidaré ante un fracaso cuando yo me doy cuenta que ya comencé con una frustración acá mismo. Hoy elegí a quien me pone mal, a un incapaz con mucho estudio que lo único que hace bien es contradecirme todo el tiempo e insistir con un pronóstico descabellado...”
“Señora, por favor, no hace falta ofender dudando de mi idoneidad, ni dramatizar si considera que estoy errado en mi evaluación, recién nos conocemos y si me exige con su atropello puedo equivocarme. En esta situación cualquier profesional puede confundirse con la persona que tiene enfrente…”
“Usted sí, yo no”, saca el revólver del bolso y se lo pone en la boca a él…
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