Yo sé de un lugar


Yo sé de un lugar donde el frío duerme acurrucado
sobre el pecho de los indigentes.
De un lugar donde los corazones nobles son
desangrados por los despiadados.
Allí, las lágrimas etiquetan a los cobardes
y los perros son más humanos que sus
inhumanos dueños.

En ese lugar, el coraje es escupír mejor y contra
más lejos,
trepar, de poder ser, por la columna vertebral de
un semejante y pisar después su dolor invertebrado.
Es un lugar donde el cielo es de espuma para unos y
de esparto para el resto.
Un lugar donde se matricula la traición y se gradúa
el despecho.

En este lugar se enfrentan a dentelladas el yo y
el ello,
se aplaude la muerte y se infartan los besos.
Tierra es su nombre.
De negro el color con que los hombres amamantan
su ego.
De verde la hierba.
De azul, su cielo.