(Este poema nace de una reflexión que está escrita hace un par de días)



Un poeta soy... quizás...
sólo observo la vida en su más simple expresión.
mis lágrimas caen al danzar la gota de rocío por el terso pétalo de una flor que despierta,
sensibilidad que se inspira,
sensibilidad que late ágil en mi ser delicado y frágil,
tan frágil que es capaz de oír música cuando una pequeña piedra rueda por la montaña,
tan frágil que no puede quebrarse si no ondear cada tifón que enfrenta.

Un poeta soy... quizás...
Tan sólo contemplo las gemas que adornan el cielo,
durante el pasar de la noche, sólo, para mojarme de luz y nutrirme de vida.

Un poeta soy... quizás...
si no un poeta un mago, que de un sombrero saca nieve...
... y con un pañuelo desaparece la miseria del corazón de un hombre.

Un poeta soy... quizás...
Sólo un ente que divaga entre lo mundano y lo divino,
para rescatar... de ambos extremos... pequeños simples detalles
y dejarlos grabados en la arena y el mar,
y dejarlos escritos con ceniza y fuego,
y enterrarlos en mi tumba de cristal
para que sean eternos.


Estela Salvador
Septiembre de 2004