¿Qué me queda de su única visita?
Sólo la desilusión de saber que nunca volvera a estar tan cerca
¿Qué me queda de su última llamada?
Sólo la desesperanza de nunca más volver a escucharla
¿Qué me queda después de un Ojala devuelto?
Sólo escucharlo yo mil veces, ebrio y muerto de pena
¿Qué me queda de su silencio?
Sólo dudas filudas que se hunden en mi pecho.
¿Qué me queda de su indiferencia?
Sólo decir tres veces mil lo que quisiera que ella me dijera una.
¿Por qué le cuesta tanto decir una palabra de aliento?
Quizás porque su mirada rebalsa la expresión….. o porque su sonrisa es la más bella poesia
¿Por que le cuesta tanto expresar sinceramente y confesarse de frente?
Quizás porque es cuerda y sensata, y quiere salvarme del abismo.
Texto agregado el 03-09-2004, y leído por 113
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