Era Tonet, fallero de toda la vida.
Un tipo de los del montón nacido en Catarroja y residente en Valencia capital.
De los que con orgullo lucen en la solapa de su chaquetilla las insignias concedidas por la Junta, cual almirante de fragata de la Armada.
El dia de la plantà* estaba en primera línea para ayudar a descargar de los camiones todo el puzzle de ninots * con los que se monta el monumento*. Vivía la fiesta de un modo intenso.
Soltero empedernido, nunca se enamoró y a sus 35 no había encontrado a su media naranja, y la verdad es que le importaba un bledo.
Vivía bien así, con sus progenitores, su trabajo en la oficina de correos, sin faltarle un duro en el bolsillo y sin más preocupación que quedar con los amigos el domingo para ir al fútbol, o verlo en pantalla grande en la barra de un bar.
¿Y de mujeres? cuando lo necesitaba, y dado que poseía un Mercedes, aunque un poco viejo, se desplazaba a cualquier club de los que abundan por la zona y más que por sexo, pagaba por que una de las prostitutas le escuchase. Tanto era así que solía comprar dos horas de compañía, eso sí rubia. Y entre nosotros y sin que salga de aquí, en cinco minutos se aliviaba de sus contenciones anteriores.
Aquel día de la Plantà* cuando llegó el camión con los trozos de falla y como siempre hacía empezó a descargar los ninots* le sucedió algo muy extraño.
Al bajar uno de ellos, que representaba a una chica muy hermosa ,un cuerpo divino y una cara angelical, sintió un escalofrío por todo su cuerpo.
Notó incluso que la sangre le subía de temperatura y las manos le empezaron a sudar.
Cuando sus compañeros le preguntaron si le pasaba algo, no dijo nada. Calló y colocó la figura femenina en el lugar que le indicó el artista fallero.
Cuando la falla terminó de plantarse, se quedó quieto, apoyado en la barandilla que rodeaba el monumento y mirando fijamente al ninot.
Así estuvo durante varias horas hasta que se marchó a su casa y ni siquiera apareció por el Casal * a la hora de cenar.
Al día siguiente al rayar el alba, se acercaba a la falla y permanecía todas las horas de las que disponía contemplando el seu ninot. Realizaba el mismo ritual durante todas las fiestas falleras.

Todos se preguntaban qué le pasaba y porqué esa actitud tan extraña.
La nit de la cremà* a las 12 de la noche, después de los estallidos iniciales de la traca, empezó a arder la falla. Tonet, gritando como un poseso y corriendo hacia la pira en llamas agarró a su enamorada que ya empezaba a arder ,del talle- como cuando la conoció_ y le dio su primer beso en la boca.
Los bomberos no podían sofocar el fuego, los cuerpos de seguridad, el resto de los falleros intentaban ayudar a Tonet pero ya era tarde.
El fuego lo estaba consumiendo igual que a su amada y arrastrándose hacia el interior del monumento se fundió con ella en el beso eterno de la muerte.



* se monta y expone al público el monunento fallero.
* muñeco de cartón-madera que forma parte de la falla.
* lugar en que se reúnen los falleros.
* noche en que se queman todos los monumentos en homenaje a la entrada de la primavera.