Oye como grita desde el fondo de su cuerpo
En un socorro desesperado se camufla
Ensimismaste la solución.
Tan clandestina como gusanos bajo tierra
Tan frustrado como el aire queriendo ser
Pureza.

Su auxilio se escabulle dentro del laberinto
Que la atrapa, que la sostiene y no le permite
Escapar.
Los gritos son el vaivén de sus cuerdas vocales
Que se transforman en susurros donde
La confianza en si misma entra en un trance
Que ahoga ilusiones que se disgregan lejos de sus
Cumplidos anhelos.

Nada queda, el nada es un todo que la amarra
A encadenamientos invisibles que oprimen
su existencia, que suenan en la opera de
un funesto cantar delirante.