Es otra vez ella la de los besos metálicos
La del mañana incierto
La del presente socavado
La que sacude el árbol y no recoge el fruto
Lejos de ayudar, sus palabras matan
Amedrentan mi alma angustiada
La fatal sentencia de su consigna
La fatal consigna de su sentencia
Que me condena a seguir doliente.
No importa el mundo a su lado
Hasta la vida pierde sentido
Pero sé: su corazón es el más amado
Como la voz que anuncia el destino
Texto agregado el 19-05-2003, y leído por 262
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