TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / FERMAT / Un hombre corriente

[C:554289]


UN HOMBRE CORRIENTE

No era ni alto ni bajo, ni gordo ni delgado, ni feo ni guapo, tenia cuarenta y tantos años, se conservaba razonablemente bien y no destacaba por ninguna característica especial, por lo que siempre pasaba desapercibido en cualquier ambiente.

Podría haber vivido una vida normal como cientos de otros individuos, pero a partir de un cierto momento comenzó a padecer un complejo, un fuerte complejo, que probablemente no estaba catalogado en el mundo de la psiquiatría, se empezó a ver así mismo como un hombre corriente, comenzando una irracional obcecación que le agobiaba profundamente.

La obsesión le había comenzado hacia unos meses, un buen día en que al cruzar una calle próxima a su casa, paso al lado de dos jovencitas que hablaban entre si y que en ese momento una la dijo a la otra “Bueno pues como te definiría a mi tío, es un hombre corriente, mira como ese señor que cruza” y le señalo a él.

En ese momento no le dio la mas minima importancia al comentario, que ni le ofendió ni le preocupo, olvidándose de él enseguida, aunque ahora pasado el tiempo, tenia registrado en su memoria con nítida claridad, no solo el comentario, sino la fecha y la hora exacta en que fue tachado por primera vez de hombre corriente.

Pero cuando de verdad se empezó a obsesionar fue a las pocas semanas del anterior incidente en que pasaba por delante de un grupo de amigos que discutían sobre no sabia que mientras fumaban a la puerta de un bar y uno de ellos comento “Es un tío estupendo, muy equilibrado e inteligente y para nada es un hombre corriente como aquel” y aquel era él que acababa de pasar.

Ese fue el instante en que en su mente se empezó a gestar la idea de que era un personaje anodino, un hombre superficial y sin matices y comenzó el desarrollo de su tremendo complejo, se convenció de que en realidad era el prototipo del hombre corriente, y ya no fue capaz de considerar que ser corriente no tenia ninguna importancia y que así eran la mayoría de las personas.

Pasaron unas cuantas semanas con su incipiente complejo agazapado pero aun no traumático, pues no siempre lo tenía presente y seguía con su vida normal.

Hasta que una mañana oyó a un chaval de seis o siete años que jugaba con otros a la pelota a la puerta de un colegio, que en voz en grito defendía las cualidades de uno de los delanteros de futbol de moda y acabo su perorata diciendo”El si que es un héroe, hace lo que quiere y nunca, nunca será un hombre corriente como ese señor” y lo soltó mirándole directamente.

Algo ya se rompió en ese momento y para siempre en su neuronas y ya nunca fue capaz de obviar ese tipo de comentarios recurrentes, que aunque no tuvieran malicia, fueran espontáneos y no trataran de ofenderle, le hacían evidente de cómo era percibido por los demás, aquello fue la gota que colmo el vaso.

Era un ser vulgar, un hombre insignificante, un don nadie sin ningún interés para el prójimo, se sintió perdido, inseguro, sin rumbo y continuo exagerando enfermizamente el asunto que se apodero de él.

Trato de solucionarlo, se cambio de estilo de ropa, se corto el pelo, se dejo bigote, pero nada le valió, se miraba al espejo y se decía, “Sigo siendo un hombre corriente, tengo que encontrar una solución definitiva”

Y al fin la encontró, una mañana se tomo el día libre en su trabajo y se fue decidido hasta la vía del tren mas próxima en las afueras de la ciudad, donde sin inmutarse dejo que un mercancía le seccionara una pierna mas arriba del muslo, por milagro no murió y el muñón le cicatrizo muy rápidamente, quizá debido a la alegría que sentía en su interior pensando que con las muletas que ya utilizaría para siempre y una pierna menos, ya nadie podría decirle que era un hombre corriente.

Y aunque parezca mentira era feliz, el cojear era para el un mal menor y había conseguido liberarse de su maldito complejo, ya no era corriente, hasta que un día un niñito al verle le dijo a su madre señalándole inocentemente “Entonces el abuelo es normal y no como ese señor que es un hombre cojo” y comenzó de nuevo con otra obsesión.

Fernando Mateo
Marzo 2015

Texto agregado el 04-04-2015, y leído por 161 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
04-04-2015 Excelente cuento, muy apropiado el titulo. Me gusto mucho. Felicitaciones. 5* dfabro
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]