Si llego a ya no estar contigo,
al fin podré conocer el olvido.
Tendré claroscuros de lejanías
y unos caracoles de nostalgia.
Esquivaré tu aroma y tu piel,
guardaré dilemas de nubes
y golondrinas de papel maché.
Dejaré guijarros en los caminos
para huir de la prisión de tu exilio.
Cerraré las ventanas del tiempo
y en el ultimo ocaso del silencio,
remendaré mis alas marchitas
y junto a mi instinto, seré ofrenda
persuadiendo a los crepúsculos
de que me regresen a tus brazos.
Texto agregado el 03-04-2015, y leído por 185
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