Fue en el preciso momento en que me encontraba preparando una tortilla de papas y pude comprobar que no hay forma de pelarlas que no sean de a una.
Desde chico mi abuela tenía aquel latiguillo que repetía casi sin pensarlo, cuando mi ansiedad juvenil me llevaba a emprender múltiples actividades.
-¡Una papa a la vez!. Me decía.
Sin ser un apasionado por los dichos populares, nunca lo tomé como un consejo o sugerencia.
Tal es así que herede la frase como quien recibe un legado y se la repetía a mis hijos, que la recibían con idénticas reacciones.
-Ya se. Me decían. -¡Una papa a la vez!
Me sorprendía a veces que en reuniones cuando se me deslizaba la oración era festejada por mis interlocutores. No comprendía de qué se maravillaban.
Como no lograba captar su mensaje en muchas oportunidades largaba la muletilla en situaciones inapropiadas.
Recuerdo la sorpresa de mi amigo Lucas aquella vez que desesperado acudió en ayuda y me contó que estaba enamorado de dos mujeres al mismo tiempo. Nunca lo debí haber dicho pero salió casi espontáneamente.
-Como decía mi abuela, ¡una papa a la vez!
OTREBLA
Texto agregado el 03-04-2015, y leído por 140
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Lectores Opinan
03-04-2015
Si se aplica a las papas,con las mujeres debe ser aún más estricto.UN ABRAZO. GAFER
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