Yo cobro en dólares y me baño por las tardes; el fútbol de la tele me adormece. Mi estéreo acaricia las nalgas del jazz. Te veo reflejada en cada despojo de silencio. Me besas en los labios; mientras me desatas los zapatos te sueño desnuda. Perdona la imprudencia de hundirme en tu sostén de nube. Aflójame por favor estas ausencias. A veces me amaricona el niño que nunca fui.
Texto agregado el 02-04-2015, y leído por 87 visitantes. (4 votos)