TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / sagitarion / LA CAVERNA DE LOS ACERTIJOS

[C:554197]

LA CAVERNA DE LOS ACERTIJOS

Cuenta la tradición oral que hace muchísimo tiempo en un remoto lugar cuyo nombre y ubicación se han extraviado entre las alas de los siglos, existió un poderoso genio quien habitaba en una caverna al pie de una montaña considerada sagrada. Dicen también que este terrible ente cada trece años convocaba a los hombres a una competencia de ingenio y sabiduría en donde el premio al vencedor era obtener una gran riqueza material y el castigo a los vencidos era simplemente la muerte.

En una de aquellas jornadas de competencia, hasta la entrada de la caverna llegaron desde los cuatro puntos cardinales hombres de todas las condiciones en busca del preciado premio; entre ellos se presentó un personaje de quien nadie supo su nombre o lugar de origen, porque a ninguno le interesó saberlo.

Después, uno a uno fueron entrando en la caverna quienes iban a competir y luego uno tras otro se fueron escuchando horribles alaridos desde el interior de la cueva. Al amanecer le tocó por fin el turno a aquel personaje del quien les he hablado, decidido penetró en la oscuridad de la oquedad, a tientas y dando traspiés avanzó hacia el interior, ¡de pronto!, sin saber cómo, se encontró en un espacio iluminado y oyó aquella aterradora voz decirle:

—Escucha miserable mortal, yo soy el genio de este lugar, te diré algunos acertijos, si los descifras correctamente tendrás el premio prometido, pero si no es así, recibirás el castigo a tu osadía—

—Ahora decidme: ¿Cuáles son esos briosos corceles que te pertenecen y estando atados son causa de tu miseria y en libertad te proporcionan mucha riqueza y poder? —

El viajero se estremeció, hurgó en su memoria, apeló a su inteligencia y después de reflexionar contestó:

—Esos briosos corceles quienes me pertenecen y estando atados son causa de mi miseria y en libertad me dan riqueza y poder, ¡son mis facultades!, pues ellas han sido otorgadas al hombre por el Creador para apropiarse, modificar y disfrutar de toda la creación. ¡Miserable el humano apático que no las utilice ni se beneficie con ellas! —

Hubo un pesado silencio en aquel lugar de la caverna, nuestro personaje relajó sus nervios y entonces pudo apreciar que había en un rincón de la cueva un gran espejo, buscó con la mirada a hurtadillas la ubicación del genio, fue inútil, no logró verlo.

Entonces la quietud fue rota violentamente por el vozarrón del ente:

—Mirad osado mortal esas tres piedras que están junto a ti, las tres tienen el mismo tamaño, igual peso y forma; ¿Podrás decirme cuál de ellas es la más valiosa para ti? —

El hombre miró atentamente las piedras, se aproximó a ellas, entrelazó sus manos a su espalda y caminó meditabundo alrededor de éstas... ¡de pronto se detuvo!, introdujo su mano entre su ropa, sacó varias nueces y se acercó a las tres piedras, sin dar mayor atención tomó una de ellas con la que partió las nueces, comió lo que era comestible y tomando la piedra utilizada para partir las nueces se puso de pie y dijo con voz sonora:

—Esta piedra es para mí la de mayor valor de las tres, pues es la única que me ha sido útil— Luego continuó diciendo:

—¡El más grande valor de todas las cosas de la creación radica en la utilidad y el provecho que el hombre obtenga de ellas, la vida misma, para el humano de gran valía, carecería de tal, si no se aprovecha en los términos establecidos por el Creador en el plan de su gran obra—

Guardó luego respetuoso silencio mientras su excitación iba menguando y esperó impaciente a escuchar el siguiente acertijo.

Al fin la voz del genio llegó a él, parecía surgir de todas las partes de la caverna; como eco multisonoro llegó rebotando de pared a pared, de piedra en piedra, de grieta a grieta, de estalactita a estalagmita y esto fue lo que dijo:

—Mirad ese espejo que está frente a ti forastero, hace centurias me pertenece... ahora poned delante de él, algo de tu propiedad—

Después de cavilar unos segundos, nuestro personaje deslizó de su dedo anular una preciosa sortija, dio unos pasos y la colocó frente al espejo del genio y esperó.

—Contestadme ahora, dijo el ente de la cueva, la imagen de "tú" sortija que se refleja en "mí" espejo... ¿A quién de nosotros pertenece? —

Como el estruendo del rayo en medio de la tempestad se escuchó la respuesta del hombre:

—La imagen reflejada en tú espejo sólo es el efecto, mi sortija es quien lo causa; y como es una ley inmutable de la naturaleza que el efecto corresponde a la causa, entonces ¡la imagen me pertenece! —

El hombre terminó de hablar visiblemente exaltado por el esfuerzo a que fue sometido y de pie esperó órdenes del genio de la caverna.

Luego se escuchó la voz del genio, ahora con matices suavizados:

—Vete en paz afortunado mortal, ve por todos los caminos de tu vida, desde ahora irás acompañado de ese genio que hoy has descubierto en ti y bien te ha ayudado a develar algunos misterios del arcano—

—Ve pues hombre-genio a cumplir la misión de tu existencia y, en cualquier lugar donde te encontrares conviértelo en tu propia caverna, utiliza ese precioso don que ahora reconoces en ti, para crear nuevos y más intrincados acertijos, de las respuestas no debes preocuparte, pues has reconocido que la causa y el efecto comparten el mismo instante de la creación—

—Al partir lleva contigo ese cofre, contiene el premio material a lo acertado de tus respuestas—

La voz del genio dejó de escucharse y el hombre comprendió era el momento de abandonar el lugar, fue al medio día cuando traspuso la entrada de la caverna, con paso seguro se fue alejando del aquel lugar; a medida que lo hacía, a su espalda volvieron a surgir terribles alaridos de aquellos desgraciados que erraban en sus respuestas a los acertijos del genio.

Comprendió en ese instante cual era el verdadero castigo para los hombres quienes no atinaban en sus respuestas, consistía en ver reflejado en el espejo de la caverna la monstruosidad de su propia ignorancia, hipocresía y ambición; apuró entonces el paso y esbozó una sonrisa de satisfacción que sólo puede producir el deber cumplido.

Texto agregado el 01-04-2015, y leído por 692 visitantes. (10 votos)


Lectores Opinan
03-04-2015 Sabiduría escrita, vas cumpliendo tu misión, saludos krisna22z
03-04-2015 Cuando escribes tradicion oral me haces pensar que en algún sitio o lugar se cuenta dicha historia, sino es así te felicito por tu imaginación. Sea como sea, bien narrada. SerKi
02-04-2015 Las respuestas inteligentes y tan acertadas pueden hacer sentir a un ser en la gloria: //—La imagen reflejada en tú espejo sólo es el efecto, mi sortija es quien lo causa; y como es una ley inmutable de la naturaleza que el efecto corresponde a la causa, entonces ¡la imagen me pertenece! // Me encantó tu texto***** Victoria 6236013
02-04-2015 Me gusta el relato, pues exalta aquellas capacidades que tiene el ser humano,pero que no todos sabemos aprovechar.Un Abrazo. gafer
02-04-2015 Aleccionador relato, didáctico y muy ameno, escrito con gran maestría y conocimiento al manejar con excelencia la historia. !Una gran historia! Saludos afectuosos. NINI
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]