Era un cuesta arriba
bajando por la calle,
o sea un imposible
de acción genuina.
Dos locos le creían
breve trabalenguas
alcanzando el cielo.
Un ebrio de verdad,
algo triste y no alegre,
pedía unas monedas
para consumir un té.
En una roca de cartón,
el ángel de la guarda
se agarraba la cabeza,
¿do está el buen seso?
Habrá que resignarse
a esta vida inesperada.
La pendiente solo baja
si uno esta allá arriba.
Texto agregado el 30-03-2015, y leído por 239
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
31-03-2015
Si "el ángel de la guarda
se agarraba la cabeza" ... dónde estaban? camino-de-luz
31-03-2015
Te gustan las paradojas y la filosofía. Me equivoco? hipsipila
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