Todo lo que sale en internet es una mierda. Lo que sale en la tele es peor. Los malditos anuncios. Se están burlando de nosotros. Más vale crear nuestro propio mundo. Contar nuestras historias. Es lo mejor. Incluso leer es una mierda. No hay nada interesante que leer. Todo es aburrido. Todos los días voy a ver si Gatlin está conectada a la red, un número infinito de veces. Y no está, y cuando está no ve mis mensajes, y si los ve los ignora. Qué lejos están los días en los que me decía te quiero. No sé qué diablos hice para caerle mal. Creo que fue porque hablé de dios. Desde esa conversación, en la que me dijo que no creía en dios, no me ha vuelto a hablar, y no sé qué hacer. Debí haber dicho que yo tampoco creía y asunto resuelto. Pero no pude cometer apostasía. Ella tiene un piercing en un pezón. Ayer vi que esas perforaciones tardan mucho en sanar. No sé nada de ella. Seguro que hace el amor con condón y esas cosas. Fuma marihuana y está a favor del feminismo. Yo no tengo ninguna opinión al respecto. Yo veo la vida como una batalla entre el bien y el mal. Ella está a favor del aborto, y yo no sé qué pensar. Sólo sé que me incomoda algo el tema. Creo que los puntos de vista opuestos son ambos correctos. Sí, yo qué puedo decir. Tengo una hija, y no me hago cargo de ella. También soy un hijo de puta, al parecer. Todo es apariencia, además. Sólo dios, en caso que exista, puede ver más allá de la apariencia. Por eso es tan famoso. Uno tiene derecho a hacer lo que lo haga sentir bien. Yo no puedo obligarla a ella a amarme. He estado solo casi siempre, con mis ideas. Nadie está de acuerdo conmigo. No me extraña. Voy a contarles una historia.
Detesto estos malos hábitos que he ido agarrando. Meterme a Facebook es uno malo. Ver pornografía realmente es malo. Todo es malo. Es malo respirar. Es malo estar solo y estar acompañado. Es malo drogarse, pero no hacerlo también. Sí, puedes hacerte el fuerte y pretender que vivirás por siempre con tu actitud altanera. Pero no es así. Voy a contarles una historia. En mi mente hay algunos buenos recuerdos. Yo solía tener amigos. Venían a verme a la casa, traían drogas. Pero ahora sólo tengo a mi hermano, pero él no cree en dios. Así que me hice amigo de Bob Dylan. Él sí cree. Lo que pasa es que Dios es para los fuertes. El diablo para los débiles, sabes. Te vas con la mayoría y te haces el rebelde. Crees que tú eres el que piensa, pero mira la tele. Ya todo es secular. Felicidades. A veces la gente que cree en dios me decepciona. Se ven tan estúpidos. Le dan mal nombre a mi señor. Mi señor es más que eso. Entiende cosas de drogas. Entiende los sentimientos de las personas. Comprende cuando fallamos, cuando vamos por el camino fácil. Ve más allá de las apariencias. Es mi amigo imaginario. Algún día vendrá la justicia a la tierra y quedaremos sorprendidos de lo que había atrás de cada acto.