SUBMARINO U42-CX EN MISION DE COMBATE
El comandante del U42-CX llevaba mucho tiempo dirigiendo misiones de combate como la que estaba a punto de comenzar, era un avezado marino que había demostrado en innumerables ocasiones su temple y decisión ante cualquiera de las acciones de guerra que el alto mando le había encargado, por eso debido a su experiencia y su férreo carácter, aun conociendo el enorme peligro que la misión que les habían encomendado conllevaba, no le tembló la voz y dio la orden de partida.
“Avante dos tercios, dirección 23º Oeste, partimos”, de inmediato el submarino comenzó su singladura hacia la zona enemiga, aunque nadie podía estar seguros de cual seria esta vez el desenlace.
Navegaron al principio en superficie, hasta que al poco tiempo, la rotunda voz del comandante ordeno “Inmersión, profundidad media, corrijan dirección a 38º Oeste y a toda maquina, vamos allá “
Y el submarino comenzó su viaje en el más estricto silencio imprescindible para no ser detectados por el enemigo.
Al principio no tuvieron problemas y avanzaron sin contratiempos, pero aun no habían recorrido ni la mitad de la distancia prevista antes de llegar a su objetivo, cuando de nuevo se oyó la voz del comandante, esta vez con un claro matiz de tensión “Atención hemos detectado una patrullera cazasubmarinos encima de nosotros, preparados para sufrir un ataque con cargas de profundidad, intentaremos despistarles bajando hasta casi el fondo, todo el mundo callado”
Se podía oír el vuelo de una mosca, el silencio era total, de ello dependía la supervivencia de todos, pero este silencio fue roto cuando empezaron los siniestros “clock, clock…” de las cargas de profundidad que la patrullera comenzó a lanzarles, la primera no les acertó, pero siguieron las siguientes y aunque no era posible verlas, era fácil imaginar el terrorífico descenso de aquellas siniestras bolas de irregular superficie que buscaban golpearles y si eso ocurría ….fin.
Con suerte consiguieron evitar que otras tres chocaran con ellos, aunque cada vez pasaban más y más cerca, hasta que para su desgracia la quinta les golpeo de lleno en la torreta, desatándose de inmediato las terribles consecuencias que ello suponía.
Inmediatamente el submarino perdió su estabilidad y comenzó el agua a entrar a raudales a través de la enorme brecha de la rota torreta, no había ya remedio, era imposible achicar tanta agua, irremisiblemente estaban perdidos, el comandante lo sabia pero no perdió su entereza y estableció una ultima comunicación ”Hemos tratado de cumplir nuestra misión con honor y valentía, sintámonos orgullosos de nuestro proceder aunque esto ha terminado para nosotros y nuestra nave”
Mansamente el submarino siguió y siguió descendiendo hasta quedar mansamente posado en el fondo, inerte, inmóvil.
Y fue justo en ese momento cuando la madre del comandante apareció en el cuarto de baño y le dijo. “Venga, venga comandante, sal ya de la bañera, sécate, recoge el submarino, la patrullera y las pelotas de golf y ya seguirás mañana con las misiones militares.”
Fernando Mateo
Marzo 2015
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