Llegas a mi envuelta en tu fino cristal.
Tu aroma me calma, con frutos nobles
y notas de trigal.
Tu roja faz me invita a acercarme más y más,
te tomo con mis manos y te quiero besar.
Me detengo,
me recuerdas que un día no te llamabas Soledad,
porque estaba con Ella,
y todo su mundo era mi paz.
Me recuerdas que en tu beso marrón
hice su alma mía y aún mucho más.
Me recuerdas que podía morir en sus brazos
y en sus ojos despertar.
Pero hoy te llamas Soledad.
Y solo en tu beso me quiero embriagar.
Me acerco,
pruebo de ti cada gota hasta que ya no hay más.
Te busco nuevamente en mi penumbra.
Te encuentro,
lleno mi copa de recuerdos y
te vuelvo a besar.
M.A.
Texto agregado el 27-03-2015, y leído por 114
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Lectores Opinan
27-03-2015
Brindas para olvidar con amor y poesía. girouette-
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