VOZ: ¡Vengan rápido! ¡Adrián está en el General San Martín!
TODOS: ¡¿Qué?!
(Salen corriendo, se apagan las luces, aparece una sala de espera con los músicos)
ALTAVOZ: Doctor Pascoe, favor de presentarse en Geriatría.
(La corista está dando vueltas alrededor de los sillones, se toma de las manos, se las lleva a la cabeza, se muestra ansiosa).
CORISTA: ¿A qué pinche hora vamos a saber algo de Adrián? ¡Llevamos cinco horas!
BAJISTA: Tranquila, angustias.
CORISTA: Es que no sabemos si ya lo estabilizaron, si ya se recuperó, ¡ni siquiera sabemos dónde está!
BAJISTA: A ver. Trata de calmarte. En este tipo de casos no es tan fácil tratar a un paciente. Además es un hospital público, qué esperabas.
GUITARRISTA 1: Hazle caso. Mejor tranquilízate, siéntate y vamos a esperar a que el médico que lo atendió nos dé noticias de Adrián.
CORISTA: Está bien.
(Se sienta al lado del bajista)
CORISTA: (parece haberse calmado por un instante pero de la nada vuelve a su estado de preocupación) ¡Por Pólux! A qué puta hora nos van a decir cómo está Adrián, maldita bola de… (El bajista la toma de la cabeza y recarga ésta en su hombro, al mismo tiempo le calla la boca con la mano derecha; la vocalista intenta a toda costa hablar).
GUITARRISTA 2: ¿Recuerdan cuando Adrián estaba hasta atrás en Bogotá? Ese día lo tuvimos que ir a sacar del cuartel de la policía local.
BAJISTA: (Suelta a la corista) Sólo gritaba algo así como pinches puercos, denme otra chela, cabrones. Ellos no entendían porque les decía puercos.
BATERISTA: Es un desvergue ese Adrián.
GUITARRISTA 2: ¿Con cuántas chicas ha salido?
CORISTA: Que nosotros conozcamos, diez.
GUITARRISTA 2: ¿Recuerdan cuando andaba con Mauren?
BAJISTA: Sí. Ana, Bertha, Olivia y ella son las únicas que me han caído bien.
CORISTA: Olivia a mí no tanto, se me hacía muy pretenciosa.
GUITARRISTA 1: Y a todo esto, ¿dónde está Dulce?
CORISTA: (con tono sarcástico) ¿No oyes sus pasos? Viene corriendo desde el lugarcete de cuarta al que llevo a Adrián; hasta aquí puedo oír sus tacones chocar con el concreto. Ya me imagino la cara que nos va a hacer cuando vea que los gatitos de su novio se preocupan más por él que ella.
GUITARRISTA 1: Ya entendí.
BATERISTA: ¿Ya le avisaron a Mauren y a sus hijos?
BAJISTA: Les avisó Lalo, ya vienen para acá.
(Llega corriendo Dulce; vestida con zapatos negros de tacón, vestido color hueso “pegadito”, chamarra de mezclilla de talla mayor a la suya, pelo suelto. Entra desorientada, busca a algún responsable).
DULCE: ¿Dónde está este desgraciado? (Voltea a la sala de espera, ve a la corista de pie, no sabe quién es, se acerca a preguntarle) Disculpe, me podría decir en qué cuarto está Adrián Ma… (La corsita se voltea y quedan cara a cara) ¡Qué carajos haces tú aquí!