El amor es una bellísima flor, pero hay que tener el coraje de ir a recogerla al borde de un precipicio.
Stendhal



No nos avoca el soñar últimamente,
nos confina el reinicio o el final…
-no deseo que me acerques tus caricias
porque dentro ya me pesa la verdad-.

Se acumulan los placeres no vividos,
no reflejan nuestros ojos claridades,
se improvisa un socorro que no existe
que preserva y adormece realidades.

Y seguimos postergando añejo “Adiós”
implorando quizás que sea mentira,
o temiendo que al salir de nuestras bocas
se deshaga trozo a trozo cada vida.

Se va y vuelve la necia pesadumbre
que torna lúgubre todo el porvenir…
debemos saber dónde se bifurca,
éste, nuestro tan ingrato resistir.