La bala y la cruz

Brenda salió de sus zapatillas y fue a meterse en la cama al tiempo que la puerta de su dormitorio se abrió de par en par.
Cuando la luz de la lamparita de noche iluminó el cabello dorado de su pequeño hijo, ella esbozó una dulce sonrisa.
El niño se plantó frente a su madre con las mejillas húmedas y la mirada doliente.

-Oh-exclamó con ternura al tiempo que se sentó en la cama y puso al niño sobre sus rodillas-. ¿Has tenido de nuevo esa pesadilla? No pasa nada, cariño. Ya está-besó su frente-. Abraza fuerte a mamá, que te quiere mucho.

El niño se secó las lágrimas con la manga de su pijama azul y bajó de las rodillas de su madre.

-Mamá- dijo armándose de valor-. A papá le mató una bala ¿verdad?

Ella dobló su sonrisa por la mitad y suspiró hondo.

-Si, cariño- respondió conmovida-. Pero no debes pensar en eso ahora.Tu papá está en el cielo y cuida de nosotros cada dia. Aunque tú no te acuerdes mucho de él, era un buen policía y murió en acto de servicio-miró hacia la mesilla y cogió la fotografía de su marido-. Era muy guapo, ¿verdad? ¡Te pareces tanto a él!

El niño se mordió el labio inferior.

-¿Y la bala?- preguntó manoseando el tercer botón de su pijama-. ¿Dónde tienes guardada la bala, mamá?

La mujer frunció el ceño con sorpresa.

-¿Pero qué dices, cariño?-resopló y estrechó las manos de su hijo entre las suyas-. No sé qué...
-¿No la tienes?
-No. ¿Cómo iba a tenerla? Esa bala mató a tu padre, cariño.

El niño alzó la mirada por encima del cabecero de la cama de su madre y señaló con el índice.

-¿Y él?
-¿Quién?-preguntó ella girando la cabeza.
-Jesús.
-¿Qué pasa con Jesús, cariño?
-Que está clavado en la cruz. A Jesús le mató la cruz .Si no tienes la bala que mató a papá...¿ por qué tienes la cruz que mató a Jesús?

La mujer, con el ceño aun fruncido, no supo qué decir. En tanto, el niño se subió a la cama y descolgó el crucifijo que estaba colgado en la pared.

-Pero cariño...¿qué haces?

Con el crucifijo estrechado en su pecho, el niño bajó de la cama y sonrió.

-No te preocupes, Jesús. Voy a quitarte la cruz. Mamá tiene un destornillador escondido en la cocina, pero yo ya sé dónde está y sé cómo funciona.No te haré daño, te lo prometo.

Y salió del dormitorio dando saltos de alegría a la que su madre, en su esfuerzo por frenarlo, logró darle caza en la entrada del pasillo.