A la primera hoja de otoño


Hoja que caíste primera del árbol,
de vos se deben estar riendo
tus hermanas en lo alto.
Porque el suelo te recibió temprano,
una vereda gris, una pequeña llanura de pasto.

Desde abajo ya no se oyen
tan bien como antes los pájaros,
ni el viento juega con vos
como lo hacía antaño.
Ahora el soplo fuerte y repentino
te lleva arrastrando,
como barco sin ancla,
como corazón sin patria.

Salvo que no vieran en vos
a la valiente, a la pionera,
la que volverá de otra forma,
la siguiente primavera,
antes de que termine el año.