De tu piel robo una noche,
en desesperada búsqueda
de inspiración creadora.
Aquella que se nutre con la magia
de amanecer en ti.

Bastará un simple beso,
para abrir la puerta
de la ruta que conduce a tus deseos.
Ocultos para otros,
evidentes para mi.
Porque sé de tus ganas,
desde el instante en que comenzaron
a confundirse con las mías.

Complejo misterio,
que no necesito entender.
Me basta con sentirlo
para dejarme llevar
por el impulso de conseguir
arrancar a tu garganta los gemidos
que en tu alma,
han aguardado.
Alma que hoy hice mía.
Alma que hoy se ha hecho nuestra.
Para hacernos cómplices,
y robar a la noche
sus estrellas.
Y colgarlas en un cielo propio
que hemos construido
con la fuerza de un sueño.
Con mi boca confundida en la tuya.
Con los cuerpos, jugando a amarse.

En fuga declarada a soledades,
avanzamos coludidos con las ansias.
Sin detenernos,
sino hasta el momento de descubrir
los cuerpos satisfechos.

Pronto llegó un amanecer,
solo supe descubrirlo
al estar en ti.