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Las rosas blancas aparecieron un día en mi jardín, de la nada brotaron, como si se hubiesen arrancado de cielo, miré por mi ventana y allí estaban, radiantes, fuertes, pasivas y mojadas, como si el rocío hubiese sido el primero en saludarlas, yo quedé sorprendido, jamás quise poner rosas en mi jardín nunca me gustaron, las encontraba peligrosas, ¡los niños se podrían dañar !, pero nunca hubo niños en mi jardín así como tampoco hubo rosas, me preguntaba cómo, de dónde y por qué, por qué Dios quiso llevármelas si nunca las necesité, y recién entonces me di cuenta lo triste y sola de mi casa, hasta entonces descubrí que mi vida se veía sombría, mientras que unas rosas, unas blancas y radiantes rosas, convertían mi ventana en un lugar distinto, nunca antes me levanté con tanta energía con tantas ganas de darle a Dios gracias por el regalo maravilloso, hasta ese día, ese día en que apoyado de bastón fui a mi jardín admirar la simpleza de las cosas. Algo repentino llegó entonces a mi cabeza, unos negros ojos que me miraban y me decían ¡quizás no te vuelva a ver!, entonces yo era demasiado cobarde para pedirle que se quedara, entonces fui demasiado niño para pedir perdón, aquellos ojos negros se llenaron de lágrimas, tomé sus manos y les dije, tal vez siempre recuerdes que yo estaré aquí al otro lado de la línea esperando que me vuelvas a encontrar, fue extraño, ella se alejaba como un sueño que jamás volvería a tener, partía y yo no corrí a buscarla, quizás por miedo, tal vez por inmadurez y deje que se fuera en ese tren que aun se marcha en mi cabeza, mientras dejaba caer de mis brazos un ramo de rosas blancas que había llevado para su despedida, las había llevado para la despedida de quién nunca debí dejar partir, de la madre de los hijos que nunca tuve, de la mujer con la que no pude vivir mi vida.
Volví a la tierra mientras por mis mejillas caían un par de lágrimas y mi corazón me dejaba un ingrato sabor a soledad, eso eran las rosas blancas, el recuerdo de mi amada el día que la dejé partir, quizás Dios me quiso avisar que ahora era mi tiempo de partir..... y te agradezco Señor que me hayas dejado hacerlo en su compañía.

Texto agregado el 19-05-2003, y leído por 515 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
20-05-2003 Le falto algo,creo que tiene ideas sueltas .... hugovich
19-05-2003 Gracias por los comentarios, lo corregiré! golondrina
19-05-2003 sabes a mi me gusto mucho . . . pero si olvidaras a Dios seria mejor PaYaZOO
19-05-2003 Te puede quedar mejor, a mi parecer, revisalo de nuevo. Saludos. Au revoir. salvatiere
 
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